Bienvenido sea el que viaja al Cielo y vive en la Tierra

martes, 30 de agosto de 2011

Cuerdas y Trastes.


¿Sabes el sonido que producen las cuerdas de una guitarra electroacústica cuando cambias de traste?
Quiero...ser ese sonido. El antecedente a la nota, al acorde, al arpeggio. Quiero ser el momento antes del beso. Quiero ser el momento justo en el que aparecen alternativas y debes escoger una. El abanico de posiblidades. 
El rasguido metálico de unos dedos pasando por unas cuerdas. Eso quiero ser. Música y nada más. La abstracción que no soy capaz de definir con palabras.




martes, 23 de agosto de 2011

Óxido.

Después de nuestra visita al Planeta Kalei y dejar al Capitán Jack, volvimos a casa. La Tierra. Como ya le dije a la misteriosa mujer de los Fortunas, tuve que realizar toda la operación que le expliqué para que Deborah pudiera llorar y soñar. Al menos, Nicholai me sirvió de auxiliar. Tuve especialmente cuidado a la hora de la cuestión onírica, ya que debía toquetear dentro de su cráneo donde se hallaba (no toda) pero parcialmente la actividad energética de la gólem. Cuando terminé me encargué de las cuencas de los ojos, pero para ese "trabajillo" anduve más tranquila.

Al día siguiente, después de haber "dormido" Déborah intentó definirme entusiasmada un sueño. Yo tuve que fingir sorpresa y exclamación ante una visión que conocía perfectamente. Recuerde que los sueños se los fabrico yo. Soy una "Guardián de Sueños" -risas- No me malinterprete, todo este asunto me traen viejos recuerdos. Si él supiera... que todo lo que decía se ha hecho verdad de una forma u otra.

...Pero ésa es otra historia, y me temo que si debe ser pronunciada, será otro día.

Poco tiempo después mientras paseábamos por la ciudad hacia un taller donde venden buenas herramientas, Déborah se paró ante un escaparate.

-Es una tienda de Arte.- dije.
-¿Qué es eso? ¿Puedo pintar en él?
-Se llama lienzo y... ah, ya comprendo.

Como podrá imaginar le compré unos cuantos lienzos, pinceles y óleo para que pudiera pintar. Antes de que yo le preguntara nada, dijo:

-Es para pintar lo que sueño.
-¿Cómo Dalí?
-¿Y ese quién es? No le conozco. ¿Sale por los pubs que yo?
-Eh, no, y me parece que conocerle, no le vas a conocer...
-¿Por qué? Qué tío más antipático.

Retomaré la conversación sobre Dalí en otro momento. Cuando Déborah esté bien informada y pueda seguirme la conversación.

-Lo que digo -prosiguió ella- es que me cuesta demasiado explicar mis sueños. Pienso que es mejor que puedas verlos.

Déborah, la torpe y tosca Déborah. La impulsiva, frágil y atolondrada. A veces parecía idiota, y otras decía -a su manera- sabidurías.

-Tienes toda la razón. Es muy difícil explicar la abstracción con palabras banales.

Y me sonrió porque la había entendido.

Al día siguiente estrenó sus materiales de pintura. Cuando acabó me llamó y me asomé a mirar. ¿A que no adivina que pintó? Un cielo estrellado surcado por relámpagos de diversos colores.

-¿No es lo más bonito que has visto en toda tu vida? -preguntó
-Sí, sí que lo es. Te envidio.

Llamó a Nicholai y le pidió su opinión al respecto. Nicholai se encogió de hombros y me miró buscando una respuesta que decir. Yo negué con la cabeza para explicarle que no iba a ordenárselo. Pero el droide no lo comprendió y me imitó. Negó con la cabeza. Déborah se sintió muy ofendida. De la misma frustración, en aquel momento, estrenó sus lágrimas. Como de costumbre, salió corriendo y pegó un portazo.

No apareció en toda la noche.

A la mañana siguiente llegó mientras desayunaba. Lucía una amplia sonrisa. Pasó por el lado de Nicholai apenas sin mirarle y se sentó frente a mí.

-He conocido a un chico. -ella hablaba mientras yo masticaba una tostada- Es diferente a los demás. No ha intentado acostarse conmigo. Hemos hablado de muchas cosas. De cine, de arte, de música. También he aprendido algo nuevo: "Filosofía". Es muy interesante, pero algo complicada. Es más o igual de atractivo que Nicholai. Me gusta mucho.

-Sólo le conoces de un día, ¿ya estás tan segura?

-¡Es mejor que estar enamorada de una Chatarra! -desvía la mirada hacia Nicholai apretando los dientes.

-Tal vez. -Acerqué mi taza de café y bebí un sorbo después de tal contestación que no decía Nada.

Esa misma noche, Déborah salió con el supuesto chico encantador. Yo fui al trastero con la intención de ordenarlo un poco cuando me encontré de narices con una de las espinitas que tenía clavada en el corazón. Mi guitarra.
La pobre tenía las cuerdas oxidadas, pero su pintura verde seguía intacta en perfecto estado. Verdina. Qué recuerdos. Aunque me avergüenza confesar que sólo me aprendí unos acordes. Al final dejé de lado el trastero y me concentré en la guitarra. Estuve tocando hasta que Déborah llegó. Advertí que tenía las mejillas mojadas, así que no le pedí explicaciones de absolutamente nada. Ya recuerda su manía de hablar poco cuando debemos interpretar que está triste.

-¿Te gusta? -inquirí- Es una guitarra electro-acústica.
-¿Podrías enseñarme a tocar algo con ella?
-Claro, pero yo no sé mucho, la verdad.

Le enseñé lo poco que sabía y los días siguientes ella se apoderó de la guitarra. Pero eso no fue lo único que hizo. Por desgracia... La semana siguiente, advertí que cogía latas de aceite orgánico del almacén. Por las noches, bebía tres o cuatro seguidas mientras tocaba la guitarra. Usted no lo comprende, cuando circula demasiado aceite orgánico, el sistema no es capaz de adherirlo todo y causa el mismo efecto que pudiera causar el alcohol. Así estuvo más de una semana sin parar. Un día me pareció que ya era suficiente. Ella tocaba un Blues muy triste. Había aprendido a tocar lo que yo y más. Y pensará "Para un droide será algo chupado". Pues no. Es verdad que la música es matemática en parte, pero hay más. Tiene que ser tocada con alma y espíritu. Si yo le dijera a Nicholai que tocara, lo haría de una forma perfecta y limpia. Pero probablemente no transmitiría nada porque no tendría chispa. Y ya no hablemos de la improvisación...

-Bebes demasiado, Déborah, no es bueno para ti. ¿Quieres que se te oxiden los tornillos?

-Qué más me dará unos tornillos o el esqueleto que soporta mi cuerpo. ¿Qué más me dará si el corazón se oxidó?

-No hables así...

-Estoy cansada de ser un coño. -atajó, de repente. Nunca la había oído decir esa palabra. Jamás. Abrí mucho los ojos.- Antes estaba agusto porque era lo que yo quería. Lo que buscaba. No me importaba porque yo no esperaba más de los hombres. -suspiró- pero esta vez yo quería algo distinto. Conversar, ir al cine... No sé, algo que no acabara en penetración a las dos horas.

Por lo visto aquel energúmeno la endulzó con palabras tiernas hasta que se acostó con ella. No volvió a llamar más.

-En ocasiones el pulso se me acelera, la boca se me reseca, me duele el pecho y noto como mi bilis se revuelve. Me imagino mis vísceras de un color azul-violáceas moviéndose en mi interior. Entonces me cuesta respirar, hiperventilo y pienso "Ha llegado la hora de morir". ¿Te ha pasado alguna vez?

-Déborah... Tu más que nadie mereces ser un "Alguien" y no un "algo".

Me devolvió las latas y la guitarra y me dijo que se marchaba a dormir. Debo interpretar que va a dejar la fea costumbre. Me alegro. Me tenía preocupada. Espero que las cosas vuelvan a la normalidad. Y si no vuelve a tener sexo con hombres anónimos -que esto realmente no importa ni empezará a importar nunca- vuelva a recuperar ese rubor en las mejillas, sus preguntas estúpidas y esa energía que siempre la han caracterizado. Esas ganas de vivir.

Nicholai posó su brazo sobre mi hombro y sus ojos desprendieron un pequeño centelleo. Por entonces no supe descifrarlo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Lupus Solitarius.

No me borrarán la sonrisa.

Las primeras noches han sido muy duras. Cuando a las 4, 5 ó 6 de la mañana he vuelto aquí y he estado sola en silencio. Las noches siempre han sido para mí las mejores, las horas de escribir. Últimamente se me han hecho insoportables y he estado buscando compañía como una loca. Inusual en mí, siempre he presumido de ser una Loba Solitaria.

Mi actividad sexual ha aumentado, para qué engañarnos. Pero ya lo dijo Allen "El sexo sin amor es una experiencia vacía, pero como experiencia vacía es la mejor". Disfruto del sexo, lo que ocurre es que ahora lo que yo ansío son los besos, y los abrazos.

Ya no los tengo.

viernes, 5 de agosto de 2011

Un pequeño adelanto.

AVISO, ALTO CONTENIDO DE SPOILER.
Esto sólo es un pequeño boceto y adelanto. En realidad, lo más seguro es que esté divido en dos partes y haya explicaciones más exhaustivas de... ¿todo?

Me llevaron a base de tiro y puntapiés entre los pasillos translúcidos. Parecía que pisaba las estrellas. De hecho, así era. Recorrí bastante distancia hasta la celda. O quizás no. Quizás estuviera demasiado drogada. Risas groseras y chistes sobre cómo abatieron a los rusos. Esa fue la banda sonora del trayecto. Mareo, asfixia, náuseas. De un empujón caí en el calabozo.
-Esto te enseñará a mantener la puta boca cerrada. Conque creías que ibas a burlarte de nosotros, los Imperialistas de este nuevo Mundo.

Apenas discierno las horas o lo que ocurrió allí. Tiempo después tuve consciencia que estuve V días encerrada, en los cuales no comí y estuvieron inyectándome algún tipo de droga mediante el aire. Malditos bastardos...

A veces las horas parecían años y otras tantas apenas un micro segundo. A veces me veía correr en la arena de la playa y otras caer a un abismo interminable. A veces sentía que había muerto cientos de veces. A veces me sentía una soñadora distante en la inmersidad del solitario y misterioso cosmos.
A veces... A veces...

Se habían llevado a Deborah y a Nicholai. Estaba sola. Totalmente. Como antes de haberlos construido. Como cuando la partida de mi hermano. Entraba a hurtadillas en su habitación e inspeccionaba todos sus planos hasta que les di forma. Él nunca lo había hecho. Álvaro, ¿dónde estarás ahora? ¿te seguirás acordando de mí?

Una explosión agujereó mi puerta. Una gran búrbuja blanca entraba en mi calabozo. Olía a plástico quemado con fuerza. Seguía tendida en el suelo con la vista a la luz fluorescente del techo. Sin fuerzas para moverme. Apenas sabía dónde estaba.

-¡Cogedla, hay que sacarla de aquí inmediatamente, no sabemos cuanto más podrá resistir!

Algo o alguien me levantaba del suelo. Me pareció ver el brillo verde de los ojos de... ¿pero era posible?

-¡Space, no nos queda mucho tiempo, la compuerta no tardará en abrirse!
-¡Diablos, Lamba, estoy enterado de lo jodidos que estamos! ¡Abrirás la compuerta a mi señal, Jack! ¡Lamba, tú te encargas de la fila de la derecha y yo me encargo de la izquierda! ¿Entendido?

Los párpados me pesaban demasiado. Mi corazón se relentizaba más y más...No sentía aire en mis pulmones. Estaba claro. Hasta un idiota se daría cuenta. Me estaba muriendo.

-¡¡¡Madre, aguanta, madre!!!

El sonido era cada vez más distorsionado. Se iba perdiendo entre estridentes sonidos de disparos y gritos.

-¡Joder!

Desperté en una baldosa blanca en medio del Cinturón de Kuiper. Lo sabía porque podía divisar perfectamente al planeta X. Estaba muy lejos de casa, la Tierra, y de un momento a otro tuve necesidad de huir. Correr a mi hogar. Volver, sentirme segura. A cada paso una nueva baldosa aparecía antes de que colocara el pie en la superficie. Corrí y corrí sin mirar hacia atrás. Pasé Neptuno, aquel tan azul y sin embargo, no me detuve a observarlo como acostumbro.

Al fin llegué. Mi hogar. Mis litros de pintura que caben en tres retinas. Cruzaba la estratosfera cuando una chica rubia se me puso delante obstaculizando mi paso. Ella no pisaba suelo. Levitaba.

-No me dejas pasar.
-¿Por qué caminas si no hay gravedad?
-No lo sé, pero quiero pasar y molestas.
-No te dejaré. Las estrellas de Ara comentan que no eres capaz de flotar porque estás en fase de Crisálida. Las ideas fluyen como mariposas.
-¿Y qué tengo que hacer?
-Vomitar vanguardias mientras te columpias en las telarañas del subconsciente. Suicidar tu cuerpo. Olvidar los sentidos. Practicar sexo a través de la mente.

Enarcó una ceja y una fuerza invisible me lanzó fuera de la baldosa. Caía en picado. Caía en picado a una velocidad vertiginosa y llegó un momento en que bajo mis pies apareció una superficie. Un límite dentro del infinito.

Esa era la ecuación sin resolver. El problema.

Me incorporé de la cama agetreada. Parpadeé varias veces para acostumbrarme a la luz. Conocía el lugar. Estaba en mi Pegassus. Salí de puntillas de mi camarote y me encontré de espaldas a un hombre con una escafandra de la ISS. Mi primer reflejo fue sobresaltarme. Se giró lentamente.
Space. Mi querido Space. Era él. Me lancé a sus brazos y tras unos segundos emotivos, miré a mi alrededor. Allí también se encontraban Jack, el Capitán pirata, mi Criatura científica Kaleiana, Deborah, Nicholai y un nuevo muchacho que no conocía.

-Este es Lamba. Era el líder de la Resistencia.
-¿Qué hacen ellos aquí?
-Verás, V, nuevos tiempos se avecinan... Los Piratas y la Resistencia ya no existen. Es más, el viejo Space que tú conociste tampoco existe - Se arranca el icono de la ISS del brazo - Una nueva era comienza. Una era de Libertad y Victoria. Ellos están aquí porque quieren. Por gusto. No quieren vivir más arrodillados. Quieren luchar. Y si hay que morir intentándolo, seremos los primeros en beber de las aguas de Estigia surcadas por la barca de Caronte.

Miré a los ojos a Nicholai. No cabía duda. Él era quien me había cargado. No podría borrar el brillo de sus ojos verdes de mi taladrado cerebro. Y aquella Chatarra eficiente había reaccionado. Al fin. Sus gritos de desesperación le delataron. Sentía. ¿Cómo no pude adivinarlo en sus ojos verdes?

-Ya no habrá nunca más diferencias.-Continuó Space- No importa razas, procedencia, costumbres sociales. Todos unidos por un mismo objetivo. La liberación. -apoya suavemente su mano en mi brazo - Bienvenida, V. Bienvenida a la tripulación de los Cowboys del Espacio.

lunes, 1 de agosto de 2011

Patitas de Araña.

Aquella mañana como de improvisto aparecí en tu casa. No era mi intención mendigar amor, pero tal vez lo hiciera inconsciente. Nos tiramos en la cama. Tú tocaste tu mejilla en un gesto de dolor y dijiste "La muela".

Yo te imité y toqué mi pecho. "El corazón". Di media vuelta, apreté los párpados y dormí.
Al despertar me vestí y como si una puta después de recibir su pago me marché.