Si las líneas anteriores hubieran sido escritas en un folio, las hubiera usado de papel higiénico.
Estamos Améliezados. Vivimos esperando un no-sé-qué que llegue a nosotros por arte de magia y nos embelese, que nos ilumine el día para levantarnos con una sonrisa cada mañana y el café no nos sepa tan amargo, los cigarrillos no se acumulen en el cenicero, la cama no se nos antoje tan vacía, los cuadernos se llenen de poesía, y ¡Oh, tú, estás ahí! rezagado, en mi pensamiento, en mis redes corporales. En la música, en los libros, en las historias, en los sueños, en la creación humana y en la naturaleza.
Puta mierda.
Llegará el momento en que te des de bruces con la realidad y te desprendas sacudiéndote el polvo Améliezado. Enhorabuena. Ya eres un Perro Cínico.
Tal que así.
Amo a S. Me encanta cómo desliza los dedos en el manillar de la moto. El estiramiento de dedos sobre el manillar, uno por uno, con suavidad, como si pudiera crear un arte a partir de ello. Adoro su lunar al lado de la oreja, casi oculto, como punto de constelación. Amo los acordes que toca con suma perfección y el soneto que me escribió. Me encanta su perfil grecorromano, recortado en cualquier paisaje. Su manera de comer, tan delicado, tan educado. La forma en la que me mira adivinando una sonrisa.Me encanta cuando suena Hotel California mientras pienso en él. No sé, hace como si todo fuera posible en esta vida. Ya sabes, Todo.
-Cara ojerosa-
Odio a S. Odio cómo mueve los dedos en el manillar de la moto. Me repele su lunar. Odio los acordes y el soneto que me escribió. Detesto su nariz, su boca, y cómo come. La forma en la que me mira con cara de atontado -suena Hotel California- ¡Joder! ¡Odio esta canción!
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