Bienvenido sea el que viaja al Cielo y vive en la Tierra

jueves, 30 de junio de 2011

Voz, con V

Resulta que me he registrado en un foro de doblaje, aunque lo que realmente me interesa es cantar.

Atreviéndome por primera vez a hacer pública mi voz, aquí os dejo la primera cosilla que he grabado. La canción de Sally de Pesadilla antes de navidad.

No seré más una cobarde. Daré el primer paso.



"Para ser artista, hay que ser un desvergonzado".

miércoles, 29 de junio de 2011

¿Qué es la vida?

Cuál quieres, la definición pesimista o la optimista?

Si hablamos de la pesimista te diría que un constante "¿Y ahora qué?"
Venga, el colegio ¿y ahora qué? el instituto ¿y ahora qué? la carrera ¿y ahora qué? un empleo ¿y ahora qué? enamórate ¿y ahora qué? cásate ¿y ahora qué? ten hijos ¿y ahora qué? llévales al colegio ¿y ahora qué? llévales al instituto ¿y ahora qué? diles que se saquen una carrera ¿y ahora qué? Ahora te mueres.

You lose, insert coin.

Si quieres la optimista, es correr bajo la lluvia, música, experimentar, es narcisismo, es orgullo, lanzarse a la piscina, una cerveza o cocacola, luchar por una meta, copular, sexo oral, el ventilador en días calurosos y una manta en invierno, es un escalofrío, un soplido en la nuca, aventura, riesgo, besos, caricias, locuras, orgasmos, decepciones, ser ignorado, amar como un loco, y que te amen, miedo, impotencia, arte, filosofía, diálogos, broncas, esperanza, vacío, borracheras, sudor frío, placer, dolor, un carpe diem, una mirada indiscreta, "te voy a consquistar", te quieros, te odio, "no quiero verte" y "te necesito", unas líneas bien escritas, una planificación rota, "¿por qué estoy aquí?", "¿qué estoy haciendo?, moral, vicio, virtud, voluntad, V, vacilar entre mente y corazón.

Vida eres tú, y te pido que la aproveches. Por favor.



-Y pensar que esto lo escribí en proceso de embriagación...-

martes, 28 de junio de 2011

Mi último día en la Tierra.

Primero me gustaría aprovechar mi capacidad sensitiva y me encargaría de sentir todas las emociones. Dolor, alegría, pena, placer, celos, odio,... sí, y también disfrutar de la apatía, que aunque suene a paradoja también es algo a "sentir" (en realidad nunca estamos totalmente aislados).

Me armaría con un bate de beísbol y descargaría mi ira sobre edificios, coches y la ciudad temblaría bajo mis pies. Estallaría un edificio. Lo observaría todo tranquilamente mientras me fumo un pitillo.

Disfrutaría de una última noche de lluvia. Me empaparía. Me lanzaría al mar desnuda y sentiría calarme los huesos. Me obligaría a sentirme viva.

Cantaría a pulmón en la calle y me atrevería a rasgar aquellas notas que nunca interpreto por miedo al fracaso y el gentío. Tomaría papel de trovador de la ciencia ficción por las calles además, y al contraste de mi destructiva acción en el anterior párrafo, me transformaría en un Poco de Magia para las personas que aún no han perdido la ilusión.

Pasearía por la calle mientras farfullo "¿Eso que oigo es un Cocodrilo?" y alcanzaría mi reloj de bolsillo en el cual hay grabada una V.

Me dejaría amar y ... me lanzaría a hacerlo yo. Intensamente, altruista, sin egocentrismos, egoísmos, narcicismos, otros -ismos, sin prudencia y mesura.

Las últimas horas de la noche me encerraría en un cuarto. Disfrutaría de la soledad. Sí, las últimas horas de reflexión. Recordaré mi memoria. Mi historia. Mis viajes. Los de aquí, y los de allá (señala la frente). Las personas y momentos. Escribiría toda la noche, y al acabar, me sentiría plena. Todo acabaría ejerciendo lo que más me enorgullece siendo quizá, mediocre y poco cuidadosa. Un lenguaje que no está a la altura de los Inmortales. La literatura, mi más preciado sueño. Más que la psicología, que es una curiosidad constante.

Y mi niña interior lo agradecería.

lunes, 27 de junio de 2011

¡Piratas Espaciales!

-Risa alegre- Verá...

A la mañana siguiente desperté a mis gólems a primera hora de la mañana. Yo no había dormido en toda la noche planificando el viaje, y les mandé a ellos (hicieron de proletariado, vaya) poner a punto la nave blanca como perla de mar. El Pegassus.

Íbamos bien por la ruta N-64 cuando nos sorprendieron tres naves a nuestro costado. Negras como el ébano. Como las alas de un cuervo. Mi pegassus es una nave pensada para el viaje, no para la guerra. Posee misiles y ametralladoras de nivel estandar. Básicas sin llegar a ser del todo cutres. La maravilla de la nave es su velocidad y agilidad. Siendo yo una excelente estratega, y me disculpo por la hemorragia de ego, pude esquivar y burlar el ataque repentino de estas naves piratas. Porque en una de mis maniobras pude comprobar el símbolo pirata en la nave de mayor tamaño. Se trata de un águila cuyas alas están extendidas y bordeada en blanco. Debo decir que sobrevivimos gracias al potente escudo electromagnético de defensa...
Cansada ya de jugar a piratas y corsarios, activé la velocidad-luz y salí disparada del panorama. O eso creí...
Al parecer al Capitán no le agrada dejar huir a sus oponentes, y antes de que yo activase nada, subió a una cápsula con forma de insecto y se "pegó" literalmente a la Pegassus. Una acción valiente, pero estúpida.

Creo que en la escuela de piratas no le enseñaron que una capsula aterrizando en una pared metálica hace ruido. Solo tuve que enviar a Nicholai y a Deborah con su fuerza sobrehumana para que le cogiesen in fraganti antes de que pudiera ni siquiera agujerear mi nave. Já. Lo até a una silla con una cadena la cual si percibe indicios de forcejeo, emite descargas eléctricas.

-A ver, Piratilla, ¿Qué coño os he hecho?- voz tranquila pero autoritaria.
-¡Sucia perra esclava del Gobierno!- me gritó fuera de sí.
Ya comprendí. Trabajo para la ISS. NASA. La mayoría de los terrestres viven en la ignorancia, y desconocen que existe vida más allá de sus cabezas. También desconocen que la NASA es uno de las más influyentes corporaciones del espacio. ¿De verdad se creían que con todo el dinero que manejan sólo se dedicaban a investigar sin fines lucrativos? Ilusos. Son poderosos, egoístas y... yo formo parte de la mierda. Mantener a la gente en la ignorancia es primordial, puesto "un pueblo ignorante, es un pueblo manejable". Algunos astronautas y trabajadores abandonaron su puesto y exiliaron cansados de la situación injusta y explotadora. Por una parte están los Piratas, que se dedican a robar en lo que puedan a las organizaciones y compartirlo con los más desafortunados y los Rebeldes o la Resistencia, mejor armados y con experiencia militar, con planes más estratégicos y no tan alocados como los primeros. Así fue, como hace años, la raza humana se extendió por el universo.
-¡Soy el Capitán y exijo que me sueltes o mis camaradas te destrozarán el cacharro!
-El problema actualmente lo tiene usted, que está en mi nave y a punto de tiro. Así que controle su cabezonería, que ahora mismo quien habla es su actitud radical hacia el sistema. ¿Cómo se llama?
- Capitán Jack.
-Sparrow -reí, pero él no pareció entender el chiste.

Paseó aquel instante Deborah desnuda delante de los ojos de Jack. Él se la comió con la mirada.

-¿Te gusta?- reaccioné de tal modo que incluso tuteé. ¡Tuteé!- ¡Pues no la vas a disfrutar! ¡Deborah, donde pueda verte!
-No es lo que parece...-se excusaba- sólo intentaba poner celoso a Nicholai para que reaccionara... pero...-Nicholai se encontraba en los mandos del piloto sin inmutarse.
-Ve a vestirte.-Me dirigí entonces a Jack- Ya veremos que hago contigo... de momento, vendrás con nosotros a Kalei. Que se encarguen de ti las Criaturas Marinas kaleianas. Me han comentado que cuando están hambrientas, comen de TODO.
El piratilla que gastaba soberbia, no pronunció palabra. Pero yo pude adivinar por sus gestos que estaba aterrado ante la situación.

El planeta Kalei es en su totalidad acuático. Las Criaturas Marinas, que son seres muy impredecibles, casi irracionales, movidas por impulso o por convenencia, construyeron plataformas para comerciar con razas terrestres. Existen pequeños pueblecillos comerciales donde conviven tierra y agua, pues las Criaturas son anfibias. Las ciudades grandes y de mayor prestigio se encuentran en el fondo marino. Allí aguardaba un químico especializado en la materia, ya que yo por muy química que sea, desconozco las particulares de ese planeta. Su lengua nativa es el blargable, Es un sonido ronco y profundo. Si tuviera que ponerle fonemas sería algo como "larg, labgrbarlagab brlagrbalabgrbalablarg, lagrbrbga." Por suerte, mi Criatura sabe hablar perfecto idioma terrestre. ¡Ah, y pueden adoptar forma humana! No me lo explico. Mi Criatura tiene pelo largo castaño, gafas, es muy alto y delgado. Lleva un gran sombrero fofo y ancho color verde esmeralda. Le queda ridículo. En cuando a la forma de Criatura...En fin, se lo tendré que terminar de explicar otro día. Aquí vuelve...

Deséame suerte, creo que nos vamos a sumergir a su laboratorio en no sé qué corriente. Todavía no manejo el blargable. Para decirlo tendría chirriar una pizarra, hacer que gruñiera un gato y usar una motosierra. Madre Santa...

Me quito una escafandra para ponerme otra...
Siempre a su servicio, V.

domingo, 12 de junio de 2011

Mad World

Bien.

Ayer vimos los tres juntos Blade Runner. Deborah estuvo expectante durante toda la película, prestándole mayor atención a Rachel (no hace falta explicar por qué). Cuando el film acabó, ella me preguntó preocupada:

-¿Vamos a morir dentro de cuatro años?
-No.
-Pero en la peli...
-No te creas todo lo que veas en la tele.

Seguí ojeando e inspeccionando las rutas interespaciales que había dibujado en un papel.

-Ella podía llorar, yo no puedo...-se le atragantaban las palabras-Créeme, no hay nada más frustrante que querer y no poder. También me gustaría soñar. ¿Cómo sabré si sueño con ovejas eléctricas si no?
-Pides demasiado. Esto no es como cuando te compro un libro, pagas y te vas.

Me comporté como una cerda. La estaba ignorando, enfrascada en el trabajo.

-Todavía hay esperanza para él - levanté la vista interesada - Puede que algún día aprenda a sentir.-entrecuzó sus dedos con los de él.

Ciertamente, me sorprendió su iniciativa hacia el gólem al cual había estado llamando durante días Chatarra. "Chatarra, haz esto", "Chatarra, alcánzame lo otro", "Chatarra, eres eficiente pero emocionalmente aburrido".

-Nicholai...-suspiró mientras entrecerraba los ojos pensado Dios sabe qué.


Por la noche Deborah se llevó a Nicholai al cine y yo me quedé sola en casa. Otro dato curioso es que la casa del Principito (aquel muchacho) era antiguamente un cine. Deborah frecuenta el cine muy a menudo. Según ella, "El cine es el primer arte, y luego están los demás".
Sí, las casualidades pintan la vida de una misteriosa belleza.
Nuestra casa, sin embargo, es pequeña y modesta aunque suficiente para los tres. Recordé el día que la compré, el día de la emancipación del hogar paternal.
Construí un satélite casero hace un año, y éste recolectó información secreta de ¿adivinas dónde? la ISS. Lo más normal es que me hubieran encerrado en un plastificado calabozo allí arriba. En vez de eso, Ellos quedaron fascinados con mis investigaciones y experimentos. Acordamos que si yo mantenía la boca cerrada, me subvencionarían. Ahora vivo de mis planos, hipótesis, mecánica, química, informática, y por si fuera poco, de mi Silencio.
Hice buenas migas con uno de ellos. El más taciturno de todos. Cowboy Space, o cariñosamente Space. Nadie revela su auntentico nombre y me tomé la libertad de elegir el pseudónimo. Se me hace más atractivo que llamarle nº 13-S. Que por cierto, odia su número. Manías y fobias con el 13. Va de allá para acá mirando sus zapatos al andar, apenas se relaciona, y si tiene que hablar, espera su turno. Nunca malgasta saliva. Yo que me siento atraída hacia las personas introvertidas, me acerqué a él como quien intenta descifrar la superficie o símbolo.
Hace días que no escribe. Le echo de menos. Juro que si vuelve a dar señales de vida, le llevaré aquel peluche de marinero que tanto quería.

Aprovechando que me encontraba sola, me fui a un pub. Aquella noche sería yo la Femme Fatale, una mujer sola en una barra. Vodka, whisky, ron, absenta, cócteles recorrieron mi garganta hasta el estómago. Debo admitir que andaba un tanto ebria. Un hombre de pelo encrespado pareció notarlo y se sentó a mi lado.

-Hola, preciosa. ¿Trabajas? ¿tienes novios? ¿qué te gusta hacer?

Risilla estúpida.

-Buenas, caballero. -entre risas tontas- Trabajo para la ISS. Soy una científica-mecánica de la plantilla superior, sector V, nº 369. -la voz sonaba distorsionada a causa del alcohol.- Mi mejor amigo es astronauta. Lo que me gusta hacer...-risilla imbécil- es viajar en mi nave espacial con mis droides. A veces hacemos excursiones a las nebulosas. -me sobresalto- ¡Pero no crea que dentro de ellas explícitamente, no me sea bufón! Para contemplarlas, hay que hacerlo desde una distancia considerable.-Tomo un vaso cercano y se lo puse en sus narices- No ve nada, ¿cierto?. Los pilares gaseosos de Águila son magníficos. Debería ir. También me gusta fumar Polvo Estelar. Los hipopótamos hambrientos son algo pesados, pero nada más. Los Equus Maris son exigentes, y se exasperan si les llamas Caballitos de Mar. Piensan que es una vulgaridad, un insulto. Las pipas reproducen un sonido chirriante y agudo un tanto molesto, y las refracciones...
-Señorita, está majara. Váyase a un médico.-El hombre de pelo encrespado se levanta dejando vacante el asiento mientras se carcajea de forma estridente y ordinaria.
Una mujer de unos veintitantos años ocupó el lugar vacío trayendo consigo su Bloody Mary.
-Pues a mí si me interesa lo que decía. ¿Podría contármelo?
Agité la pajita ensimismada.
-Eeeh, sí.
-¿Me haces un favor? Me gustaría que me tuteara.
-Eeeh, sí. -Me cuesta no ustear, es una manía que tengo.- Verá, mi droide femenina está empeñada en que quiere llorar y soñar. ¿Es consciente el arduo trabajo que acarrea? Para lograr que soñase, tendría que levantar la tapa de su cráneo, instalarle un reproductor y conectarlo a su disco duro. ¡No acaba aquí! Tendría además que fabricarle un sueño diferente para cada día y guardarlo en los archivos. Y para que llorase...por la misma tapa, colocar un pequeño acueducto, que habría que renovar el agua, y asegurarme que desemboca en las cuencas de los ojos.
-La verdad es que suena difícil. Dime, ¿cuál ha sido el mejor sueño que has tenido?
-El mejor...-eché mano a mi memoria- Ah, sí. Ya lo recuerdo. Mi oficio consistía en fotografiar relámpagos mientras volaba con un gorro-helicóptero. La ciudad que sobrevolaba estaba contaminada lumínicamente, pero eso no impedía que me cubriera un cielo estrellado. Había castillos, palacios de diferentes épocas y arquitectura moderna. Las descargas eléctricas casi me alcanzaban, pero yo volaba aprisa y las fotografías eran como escuchar el solo de "Hey you", o la letra de "Wish you were here" de Pink Floyd.
-¿Lo compartiría si pudiera?
Segundos de silencio.
-¡Sí, usted tiene razón!-golpeé la mesa con entusiasmo- ¿Qué es todo ese trabajo comparado con tal semejante visión? ¡Nada!-le estreché la mano-Muchas gracias, estoy muy agradecida.
-Descuida, no he hecho nada- Dibujó una sonrisa desbordante.
-¿Cree que soy inmadura?
-Deja la madurez para los árboles y la manzanas. Yo creo que su imaginación la hacen encantadora.

La mujer me acompañó hasta la puerta y me despidió mientras encendía un Fortuna con una cerilla. Al igual que una escena de película que se nos cala, yo jamás olvidaré cómo acercaba lentamente el cigarro a sus labios y aspiraba el humo. Jamás.

Nada más llegar, empecé a preparar el viaje. Deborah y Nicholai ya estaban durmiendo.

"It's a very, very mad world"

jueves, 9 de junio de 2011

V.

¡Voilá villanos viperinos! Brindo con vino mi maquiavélica Victoria avasallando voluptuosidades vacantes visagras de un versionado vaticinio.

Ve, viene, vence

Vomita vanguardias sobre ventrílocuos que verborrean versos vacíos. Visita cavarets del vicio con pólvora en los bolsillos, salvaje devoción hacia la vida vertiginosa. Viste revoluciones para abatir velos venenosos que boicotean la Verdad.

miércoles, 8 de junio de 2011

Chatarra.

El Príncipito descansa en la estantería, junto al Polvo Estelar. Desde aquella vez que intenté quitárselo, no lo ha vuelto a tocar más. A veces pasa por su lado, le dedica una mirada y se sienta al lado opuesto de la habitación. Se recuesta contra la pared y fija la vista en la nada. No me equivoco si afirmo que en su sistema de datos, estará más que guardado la obra completa, y conociendo a mi Pequeña, lo revisará desde allí. Lo buscará de sus entrañas, como cuando los seres humanos recordamos un momento que jamás volverá, pero tenemos la dicha de haberlo vivido intensamente.

Al principio me alegró comprobar que Deborah volvía a escaparse por las noches y creí que había vuelto a su antigua rutina lujuriosa. Pero no. Cuando volvía, repetía la secuencia que ya he nombrado mirando al vacío. Como si sus ojos pudieran destilar melancolía o taciturnidad.

Yo no pude más que preocuparme por ella y sentirme impotente, pero entonces pasó: se me ocurrió, desde mi parecer, una fantástica idea. Construir un nuevo droide. Un compañero.
He estado estos días trabajando duro, tanto consiguiendo el material, como construyendo los circuitos, sistemas, datos, y el esqueleto, por supuesto. Un arduo trabajo, que hoy, no me voy a dedicar a explicar.
Este nuevo droide tiene la apariencia de un hombre de la misma edad que Deborah. Rondando los veinte años. Es la única diferencia que tienen, la apariencia. En lo demás (ya sabe, a cuanto mecánica e informática se refiere) son exactamente iguales.

-Tengo una sorpresa para ti- le dije.

La llevé hasta donde reposaba el cuerpo inerte del nuevo gólem aún desnudo.

-Él está hecho para ti, y tú para él. Será tu compañero.

Posó sus negras y espesas pestañas en el droide, le tocó las facciones de la cara, los párpados cerrados, los labios, acarició los pectolares, los abdominales y pasó su dedo por el pequeño hundimiento del mentón.

-Eres una depravada - espetó- ¿Pretendes que cometa incesto con mi propio hermano?

Parpadeé varias veces.

-Verás...No es tu hermano.
-Tú eres nuestra madre, por lo tanto, sí que es mi hermano.

Maldito sistema de lógica y razón. Funciona sólo cuando le apetece. ¡Demonios!

-Sí, pero quiero decir que no tenéis conexión de sangre (¡no poseéis tal elemento!) - Paciencia, paciencia- Tu aceite orgánico no es el mismo que el de él, ¿comprendes?
-Pues yo no lo quiero. Lo has fabricado a tu gusto. No has tenido la amabilidad de preguntarme. Me quieres emparejar con alguien que aún no conozco.

(¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!)

-¿Y qué te crees, que así funcionan las cosas? ¿Que los seres humanos elegimos a la carta lo que queremos? -pausa- Mira, olvídalo. Como bien has dicho, aún no le conoces.

Terminada la disputa, me dispuse a despertarlo. Para el primer despertar no uso Polvo Estelar por precaución. Primero lo conecto a la red eléctrica, que tiene una carga menor y así se comprueba si todo marcha bien. Accedí el interruptor y...

Abrió los ojos lentamente y se encontraron los dos en miradas. Los grises de ella, con los verdes de él.

-Hola, Madre-dijo el recién despertado.

A diferencia de Deborah, no sufrió un chispazo en sus circuitos mientras lo montaba. De este modo, una información básica sí que poseía, entre ellas, el lenguaje. Si todavía lo recuerdas, Deborah tuvo que aprenderlo todo desde cero.

-¿Puedes moverte? - le pregunté. El droide asintió e inmediato se puso en pie.

-¡Muéstranos tu sonrisa!- y como cabía esperar, el droide obedeció.

Deborah me apartó de un empellón y tomó parte:
-¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? ¿Te gustan las películas? ¿Y el cine? ¿el sex...?
-¡Deborah, que acaba de nacer, no tendrá ni pajolera idea de lo que le estás diciendo!

Pero tal razonamiento no fue suficiente para mantener la sonrisa de Deborah cuando éste dijo:

-No sé qué son tales cosas, Señorita, pero si Madre me ordena que me gusten, me gustarán.

El rostro se le ensombreció, arrugó la frente y vomitó:
-Chatarra.

Ahora yo estoy aquí con mi Pequeño conectado a la red mientras "duerme". Deborah hará media hora que se marchó malhumorada. Aliviará la rabia con sexo candente, imagino. Me compadezco del pobre hombre que caiga en sus fauces.

El no haber sufrido chispazo no sólo ha afectado a que el droide mantenga los conocimientos básicos. También mantiene lo que en teoría debe ser un droide. Deborah es un caso especial. Muy especial. Quizá la única en su especie. Una maldita mujer bicentenaria, como Robin Williams.


Podría desmontar al droide y causar el chispazo a posta. Tal vez funcionara, tal vez no. Pero no voy a hacerlo. Porque las obras, son como hijos, y los hijos hay que quererlos tal y como son. Con sus imperfecciones. Y en este caso, con su perfección.

viernes, 3 de junio de 2011

¿Cuánto más vas a contener a la Criatura?

Disciplina no es "Haz esto o te arrepentirás". ¿O sí?
Pero, espera, ¿qué es la Disciplina?

¿La necesito? ¿La quiero?



¡Destrocemos el muro!

Noir.

Es largo de explicar. Creo.

El lunes Deborah arrancó una a una las páginas del libro "Ana Karenina" . Hizo un montículo y las quemó en el patio. Yo al sentir el aire cargado, salí rauda a averiguar de dónde provenía el penetrante olor.

-¿Qué has hecho, Deborah?- le grité con un semblante imagino que aterrador.
Ella negó con fuerza en un gesto de cabeza - Es triste. No quiero.

Yo al imaginar qué desagradó -¿desagradar? ¿pero acaso puede desagradarle o gustarle algo?- a mi Pequeña (que si no recuerdo mal, Ana moría en las fauces del tren) en vez de enojarme con ella, le cedí completamente mi cuerpo para que se aferrara a él. Seguimos las llamas y el humo ascender al cielo. A un cielo oscuro y amenazante. El manto negro dueño de nuestros desvaríos.

El martes por la mañana me pidió que la llevara a la librería. Quería un libro nuevo, y gustosa la llevé.

-¡Este, quiero este!
-A ver... "El principito"
-¡Sí, sí! -me zarandea de la ropa.
-¡Que sí, pesada!

La primera vez que leí El Principito tengo que decir que lo subestimé. No es que no me gustara, simplemente pensé que se había hecho demasiado famoso para lo que era. Ahora, que soy más mayor, pienso que tanta vertiente de interpretación debe ser recompensada. Además, la que opinó aquella primera vez era una vieja chocha que creía saber todo, cuando no sabía una mierda. Si bien este libro quizá sencillo para algunos, yo opino que no lo podría escribir cualquiera. La sencillez infantil. Sí, sólo la mente de un niño podría haberlo hecho. ¿Rescatarán los hombres adultos alguna vez su niño interior?

Le compré el librito y tan felices para casa. Ella al ser androide, lee a una velocidad vertiginosa. Tal vez haya leído mil veces el relato por día. Tal vez más.

Y ya he descubierto por qué pasea a todos lados con un libro bajo el brazo. Verás, resulta de que por las tardes marcha a la playa. Por las madrugadas, que es cuando ella ve la tele, siempre ponen una película (de mala muerte, de las de serie Z). Resulta que en una de ellas, la protagonista andaba de acá para allá con un libro distinto cada vez. Posiblemente su sistema de aprendizaje ha adherido que ese comportamiento es algo natural es las féminas humanas.

Ayer, miércoles, después de almorzar me rogó que la acompañara.
-¿Pero a dónde vamos?
-Tú sólo vendrás por si acaso te necesito, pero la que manda esta vez soy yo.
-¿Pero qué co...? -Si tenemos en cuenta que la construí y puse todo mi empeño en ella, se me podría considerar su Madre. Ella es mi creación, mi obra más perfecta. Sí, yo soy su madre. Por esto y por darle un capricho le dije: Entendido.

Callejeamos con un sol ardiente en la espalda. Una calle larga que lleva directa al mar. Pasamos la tarde allí, entre el sonido relajante del oleaje y el sabor de sal en los labios y en el cuerpo.

-Ya es la hora.
-¿De qué?
-Él.

Volvimos a recorrer la misma calle. Yo no entendía muy bien qué estaba ocurriendo, pero me dejé llevar. De repente, Deborah deja de caminar delante de una casa enorme. Gigantesca, monstruosa. Naranja, peculiar entre las demás. De ella sale un muchacho de pelo castaño claro. Labios apetecibles, ojos grandes, de esos es lo que no te importaría verte reflejada eternamente. "Cómo olvidar sus grandes ojos fijos" Ya lo dijo Pablo Neruda. Cuerpo de canon griego, y un atractivo grácil, de los que sólo una persona risueña puede tener. Verle era como contemplar pura Armonía. Como contemplar a tu contradictoria, pero semejante, personificación.

Seguido de él, una chica. Morena, pequeña, menuda, ojos expresivos, labios carnosos. Sonrisa desbordante, y aunque joda, guapísima.

En ese momento, Deborah apretó el libro contra su pecho y echó a correr. Yo no hice nada. Así fue como lo acordamos. Me pregunto si todas sus reacciones son modelos y perfiles psicólogicos que ha estado guardando en su sistema. De todos modos, sigue siendo un misterio. Aún con este planteamiento. También comprendo por qué la playa. Una excusa para detenerse delante de una casa. Día tras día. Recordándola los primeros días de su existencia. Tosca, bruta, sedienta de sexo, sin remordimientos, sin pudor. Una más en la barra de un bar. Y ahora... sedienta sí, pero de amor.

Justamente cuando llegué a casa estaba ella absorta en el libro. Intenté quitárselo para que no corriera la misma suerte que el primero. Volvió a negarme con fuerza en un gesto de cabeza. A muchos podría resultarle molesto este afán suyo por no mediar palabra cuando -debemos interpretar- que está triste. ¿Puede de verdad estar triste?

-El Principito es él ¿verdad? Te recuerda a él. Por eso no lo vas a quemar.
Asiente.

Quedé tan conmovida por los pseudo-sentimientos de mi gólem, que ya poco me importó el Polvo Estelar y su color. Conmovida, o quizás la envidiara. La envidiaba porque parecía que el corazón de metal era el mío y no el suyo. Fumé por lo menos la mitad del cargamento. Yo sola de una sentada. No podría explicar que fui capaz de ver. Vislumbro conejos blancos correteando a mi alrededor, pipas de fumar que afirman que no son pipas, caballitos de mar gigantes (aunque ellos prefieren que se les llame Equus Maris), hipopótamos hambrientos (sedientos más bien) que me pedían cerveza helada. Luego refracciones de luz. Refracción en el espejo, refracción en la pared, en el techo, en el aire, en mis pupilas, ¡hasta en el agua del váter! Sí, estoy segura de que el Polvo Estelar Negro le hubiera ahorrado tiempo a la filosofía teleológica.

Cuando las refracciones se marcharon, di una mirada de soslayo a Deborah. Ella me la devolvió. "Sálvame". Pero ninguna hizo nada.





"Esto no es una pipa"