Bienvenido sea el que viaja al Cielo y vive en la Tierra

jueves, 23 de febrero de 2012

Una para cinco (Insertar chistaco repetitivo)



"Puedes llegar a ser adicto a un tipo de sufrimiento. 
Resignación como final".

lunes, 6 de febrero de 2012

Había una vez...

Había una vez una niña que se llamaba Elenita. Era una niña muy curiosa, y siempre estaba buscando pequeños detalles que nadie más veía. Los demás niños pensaban que era extraña, así que nunca se acercaron a ella. Pero eso no entristecía a Elenita, ella viajaba al cielo y vivía en la tierra. Un día estaba caminando por la calle, mirando hacia sus zapatos (porque ella siempre miraba sus zapatos al andar) comenzó a llover.
Rió, cantó y bailó llena de felicidad. La gente que pasaba aprisa por su lado la miraban haciendo muecas. Elenita, que siempre estaba buscando enigmas, observando su alrededor, se percató de algo por primera vez. A la gente no le gustaba la lluvia , ¿pero por qué? ¡la lluvia es fantástica!
Repasó mentalmente y se acordó de cómo intentó pasar por persona mayor. Se puso los tacones y la ropa de su madre, pero de nada sirvió. En cuanto la vieron, empezarón a gritar "¡Cállate, es asunto de mayores! <<¡Pues nada!>> se dijo Elenita, <<De todos modos, ser adulto no es divertido. Lo único que hacen es gritar, discutir y beber café!. Y el café está amarguísisisimo>>
A Elenita  le encantaba lo dulce, y para que Papá y Mamá la perdonaran, hizo un bizcocho con mucho esfuerzo. <<Si le echo más azúcar, seguro que estará más bueno>> pero Elena gastó todo el tarro de azúcar y Mamá le regañó. Nadie comió pastel.
Había muchas cosas que escapan a la mente de la pequeña y no podía comprender. Hoy se había planteado un enigma, y cuando ella se planteaba algo, no cesa hasta buscarle una solución.
<<Si llueve, es más fácil pensar que es un niño que llora. ¡Sí, sí! un niño que perdió su globo y ha subido a buscarlo. Pensar que los ángelitos están celebrando con nosotros su alegría regalándonos Cristal Celestial es más difícil. ¡Pero yo estoy segura de que es así!>>
Cuando llueve, las personas huyen, se esconden de la lluvia, se ocultan tras sus paraguas, se encogen en sus chaquetones y gabardinas. Otros no salen de casa si quiera y se resguardan en el calor del hogar. Elenita en cambio, corre y juega con los animales callejeros. Mira al cielo y deja que las gotas resbalen por su nariz. Ella no siente como si fuera un llanto, ella extiende y recoge Cristal Celestial en la palma de su mano.
Entonces empezó a entenderlo.
Las personas que huyen sólo tienen miedo. Miedo de empaparse y mostrar lo que verdaderamente son. Si se quedan bajo la lluvia, los demás podrían ver qué hacen en ella. Todos quieren un arcoiris, pero nadie quiere mojarse. Sin lluvia no hay arcoiris, ni sería tan hermoso. Lo veríamos a cada momento y al final... no le daríamos importancia. Menos Elenita, claro, que se fijaba en los pequeños detalles que nadie veía.
Reflexionó todo esto sentada en su habitación. Aquella vez no la alcanzó la lluvia durante la búsqueda de la pregunta sin formular.Y pasaron los días. Dejó de llover Salió a la calle, pero no fue igual, ya no podía coleccionar Cristal Celestial. No llovió en meses. Esperó y esperó y su arcoiris no llegaba.
Había estado tan ocupada pensando, que el último se lo perdió, absorta en sus hipótesis. Así que volvió a casa, dejó de fijarse en los pequeños detalles, dejó de mirar los zapatos. Los animales la olvidaron. Las personas ya no le hacían muecas. Los niños querían jugar con ella,  y el dulce...
Cuando decidió no esperar más, se fijó en las nubes. Extraño, porque ella ya no miraba al cielo. Pero tuvo un impulso, las nubes estaban oscuras y cargadas. Las gotas empezaron a caer lentamente, repiqueteando en su ventana, creando mil y una sinfonías, susurrando los versos más bellos jamás escritos: Arcoiris. Se expuso a la lluvia y se dejó recorrer.
Volvía a ser ella, se había encontrado. Su Arcoiris nunca brilló tanto.

domingo, 5 de febrero de 2012

Criatura Marina Kaleiana


Un dibujo que hice en el Paint y con ratón (válgame la tecnología y calidad que gasto, ¿eh?) que representa a la forma humana de la Criatura del planeta Kalei. Para que os hagáis una ligera idea de su aspecto y su cara pícara ocultada por unas lentes. Originalmente fue un dibujo hecho para el modelo y perfil de dicho personaje -Pablo- que ni siquiera sé si seguirá mi historia. De cualquier manera, el río seguirá fluyendo.

Especial mención para Miguel Ángel, mi más fiel seguidor, que espero que guste este simpático dibujo y que sepa de antemano que las Runas las coloqué aleatoriamente, antes de que se le ocurra preguntar. Discúlpame que haya usado tu nombre de pila el cual me agrada de sobremanera.

Recuerdos de la Valkyria a su Enheirjar de Brillante Armadura.

jueves, 2 de febrero de 2012

Oculus Dei

    Literatura, Música, Arte. Los tres pilares que sustentan mi vida



Aparte de escribir y cantar (tengo una entrada con un vídeo en el que se me puede oír), el dibujo también ha sido una de mis grandes aficiones. Sobretodo en la infancia. Me entretenía en las horas muertas dibujando dragones, unicornios y otros seres fantásticos, sin olvidar al Drácula de Bram Stoker. No es de extrañar que años después yo haya evolucionado a  "ésto". Este dibujo lo hice hará unos meses. Cuando tuve contacto por primera vez con una tableta gráfica. Lamentablemente, he descuidado mucho este entretenimiento y es algo que verdaderamente me apena. Puede que en sí el ojo no sea gran cosa, pero con sólo echarle un vistazo se puede apreciar que es de mi cosecha y relata, como mis escritos, lo que en esencia soy. Tal vez algún día podáis mirarme fijamente al iris e intentar descifrar qué hay en ellos. De momento, os dejo con esta pequeña ofrenda.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Astra


Colecciono los sueños olvidados de los niños que crecen. Cuando se vuelven adultos y la incredulidad se apodera de ellos, la persistencia renegada sale por la puerta de atrás dejando una estela pestilente. Hedor de alma marchita y putrefacta.


Yo los recojo del suelo justo antes de su caída y le doy vida a través de mi memoria. Alimento el País de Astra, un lugar muy curioso. Me juraron que si dos personas se encuentran allí es que una busca la otra. O que ambos juegan al pilla-pilla. El cielo es blanquecino-rosado-azul-violáceo y hay más de Tres Lunas. Al lado del lago hay un columpio atado a un árbol, el Milenario. Como el halcón. Cruzando las montañas, se encuentran las Tierras Errantes, de paisaje intermitente. Cada persona ve algo distinto. Yo una vez vi el cielo en el mar, y mar en el cielo. El fondo marino encima de mi cabeza. Caballos de Mar nítidos. 


Me llamaron descarada por tomar un mundo que no era mío y reinvertarlo. Me llamaron atrevida por crear con retazos de las noches fundidas. Pero qué más me dará que te quejes. Ya no estás aquí. Ya no te busco. No jugamos al pilla-pilla.


Todas las personas viajamos allí aunque sea una sola vez, pero no siempre somos conscientes. Desde mi regreso como Guardián en Astra, las cosas se han torcido toscas y feas. El árbol Milenario se encuentra marchito y el lago seco. El columpio ha dejado de balancearse entre risas infantiles y el cielo... El espléndido cielo ha caído en trozos como cristales rotos. El lugar ha quedado desértico y lúgubre. Hace días que camino por las Tierras Errantes sin encontrarme por casualidad un rostro el que identificar. Los fuertes vientos han cambiado la arena de lugar y han enterrado las Ruinas de la Memoria.


Hoy os vengo a hablar sobre un lugar muy lejano. Un lugar que pisamos todos sin ser conscientes. Un lugar al alcance desde el cerebrito hasta el pasmarote. Desde el señorito hasta el vagabundo. Un lugar impregnado de "Magia", pero no como tal la conocemos. Un concepto que se entiende pero no se explica.


Dime, Transeúnte, ¿Podré reconstruirlo?