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domingo, 14 de octubre de 2012

Aguja en las Costillas.

Acabo de soñar que dos personas debatían sobre el amor. La mujer optimista, el hombre pesimista. Todo estaba impregnado de símbolos. En el lado del hombre caían pelotas gigantes del cielo y en el de la mujer flotaban globos. Debatían en lo que parecían el mar y había una línea invisible que se distinguía por el color, que a veces se intercambiaban. Gris y rosa. Empezó la verdadera guerra, se levantaron monstruos de cada equipo. El optimista cupidos, el pesimista gárgolas. Y ambos colosos corrían...
Hasta que la línea divisoria se perdió, se mezclaban imágenes. La mujer riendo y saltando y el hombre decaído y llorando. Los colores de cada lado, la que defendía que enamorarse era bueno y el que defendía que enamorarse era malo, se unieron y apenas se podían distinguir. Entonces, se acerca el hombre a la mujer y le susurra:
"No importa qué digas, siempre puedes clavar una aguja en las costillas".

En un segundo plano, el cuerpo del hombre inerte flotando en las aguas con una aguja clavada en las costillas. Se había enamorado.

Así, que para mí, el amor es como una aguja en las costillas...
Iré a atizarme con El Banquete de Platón.

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