Bienvenido sea el que viaja al Cielo y vive en la Tierra

sábado, 26 de febrero de 2011

Tres, Dos, Uno...

Es increíble la sensación que he experimentado hoy.

Paseando al perro mientras escuchaba música, una canción que me relaja y envuelve particularmente.Acompañado del sol que acariciaba mi piel y el viento jugueteaba con mi pelo caprichoso. En la calle la gente se paraba en las esquinas para charlar, por la buena temperatura. Miraba a mis pies, pensando por un momento que nunca se iban a detener, que no existían obstáculos. Contemplar un cielo aprovechando lo azul del día, fijarse que las nubes dibujaban nebulosas a antojo. 

Sincronizarse con el mundo, captar como su energía fluye en tí, en la música, en las voces de las personas.Ver la vida desde muchas perspectivas, en tercera persona, como en una película.
Sentirse uno con el Todo y la Nada...

Hasta que el animalito empieza a hacer sus cosas en mitad de la calle -"¡Aún no hemos llegado al parque, mierda!" (doble sentido). Entonces el alma vuelve al cuerpo de manera forzada y se interrumpe la conexión.

Pequeños momentos de felicidad que, desgraciadamente, no son apreciados.
Maldito perro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario